Hacer una arquitectura más sana y natural es ofrecer calidad y bienestar a las personas que habitan los espacios y, al mismo tiempo, ser más amigable con el entorno. Es participar en un proceso de creación atemporal que beneficie a todos y haga que la convivencia entre seres humanos y ambiente sea una experiencia única. De eso se trata la bioconstrucción.
Así lo explica Carmen Vázquez, Bio-Arquitecta y Fundadora de HabitaBio, una propuesta de bioconstrucción originaria de España, que hoy ya tiene proyectos andando en Granada, Cádiz, Córdova, La Rioja y París, en los que muestra las posibilidades para vivir de forma más ecológica.
Todo comenzó con un viaje de Carmen a Australia que la hizo repensar la forma cómo se construían los espacios. La experiencia la llevó a inscribirse en el Master de Bioconstrucción del Instituto Alemán de Baubiologie, con lo cual hoy propone una arquitectura más consciente.
Conociendo esta experiencia de bioconstrucción
¿Qué beneficios puede aportar este tipo de arquitectura a quien residan en estos espacios?
«La arquitectura sana o consciente te cuida porque la construcción está hecha con materiales naturales. Los puntos clave que se tratan son la calidad del aire interior, la iluminación, la contaminación electromagnética y el sonido. Quienes residan dentro de un espacio sano sentirán unos beneficios increíbles, dormir mejor, menos estrés, dolores de cabeza, entre otros.
Ya cuidamos nuestra alimentación, cuidamos nuestro cuerpo haciendo deporte, cuidamos nuestra mente y ahora queda cuidar nuestra tercera piel que es nuestro espacio vital, nuestra casa.
¿Y cuáles son los beneficios para los que trabajan en esos espacios?
«A los mismos beneficios para la salud que recibes cuando habitas en una casa natural, se suman una mejora de la productividad, hay menores bajas laborales, mayor motivación, mejor comunicación entre compañeros, y hasta mejor imagen de cara al cliente.
¿Cómo es tu proceso de trabajo?
«Las personas me contactan buscando una casa o espacio más natural, más sana y más eficiente. Yo les ayudo, según cada caso, a construir su casa desde cero, con materiales como paja, adobe, arcilla, madera, etc. O les asesoró sobre su casa ya construida para hacer cambios y transformarla».
¿Cómo determinar cuán sano es un espacio?
«Lo que no se mide no se puede mejorar. En general, lo que hacemos es diagnósticos de espacios. Esto consiste en ir al espacio con una serie de equipos que miden la calidad del aire, el sonido, la contaminación electromagnética y la iluminación para sacar unos datos que comparamos con unos parámetros establecidos. Esto nos indica la calidad del espacio».
¿Tu propuesta tiene alguna conexión con tendencias holísticas como el feng shui?
«Tienes relación con casi todo lo que vaya en la línea de hacer que la vivienda nos cuide y favorezca nuestro bienestar, nuestro desarrollo y nos haga sentirnos mejor. El Feng shui es una corriente asiática bastante conocida en todo el mundo y por eso la gente conoce mucho más esto. Pero además del Feng shui existen muchas otras cosas que se pueden aplicar que no son solo de energías, sino también hay que analizar qué tipos de materiales y colores utilizar para eliminar tóxicos que afectan nuestra salud.
¿Puedes generar este tipo de servicio a distancia?
«Lo que hacemos a la distancia, sobre todo es el asesoramiento bio. Las personas nos envían fotos y planos de sus casas y podemos recomendarles cuáles son los mejores materiales a usar, qué tipos de ventanas, qué tipo de instalaciones, cómo mejorar la eficiencia energética, y todo esto de la manera más natural y sana posible.
También hacemos online los diseños de las casas porque hoy en día gracias a internet se puede averiguar perfectamente las condiciones de un lugar sin estar allí, pero esencialmente aun así siempre hacemos una visita y el resto del desarrollo del proyecto lo hacemos de manera online. Por supuesto, lo que no podemos hacer online es diagnosticar los espacios, ya que hay que movilizar los equipos y hacer los análisis in situ».
El proyecto en bioconstrucción más importante en la mira de esta profesional es la construcción de una casa de paja, madera y arcilla con una cubierta vegetal. La propuesta es que incluya una piscina natural para la recuperación de las aguas, tanto de lluvia como las aguas de uso doméstico, con un huerto, con aerotermia y con suelo radiante. «Es una casa que aún no está construida, pero cuando lo esté, será una de las casas más sostenibles que haya en Andalucía».