Se llama cohousing a los proyectos inmobiliarios que están creando comunidades con viviendas para personas solas o parejas de la tercera edad o en situación de retiro, que comparten tanto áreas y servicios comunes, como actividades sociales y recreativas.

Esta innovadora modalidad surge como consecuencia del crecimiento de la expectativa de vida. También influye el incremento del índice de personas mayores que viven solas. Hablamos de personas de 70, 80 y hasta 90 años que ahora son un nuevo nicho de mercado para el sector inmobiliario.  

Cómo surge el cohousing 

Todo empezó entre los años 60 y 70, en países del norte de Europa (Dinamarca y Holanda), donde se empezaron a desarrollar comunidades o viviendas colaborativas para jóvenes insatisfechos con la sociedad en que vivían.

En este tipo de “coviviendas”, las parejas jóvenes compartían espacios comunes para la crianza de los niños y se ayudaban unos a otros. Luego se extendió a otros países, como Suecia, Alemania y Canadá. En España, la modalidad surgió a partir de los desahucios, que dejó sin vivienda a miles de familias, tras dejar de pagar un alquiler o una hipoteca.

Con el paso de los años, las personas mayores en Europa y Estados Unidos, comenzaron a quedar solas, ante lo cual el cohousing se convirtió en una alternativa para ellos.

Se calcula que, en las últimas dos décadas, se han desarrollado unos 250 proyectos de cohousing para adultos mayores en Estados Unidos. En España y América Latina (específicamente Argentina, Uruguay, México y Colombia), ya existen o se están desarrollando los primeros proyectos de viviendas colaborativas. 

Razones para vivir en un cohousing

  • El adulto mayor no está condenado a vivir solo después de que los hijos se independizan. En este modelo de viviendas comparten con una comunidad multigeneracional.
  • No se pierde la privacidad. Los adultos solos o en parejas tienen una pequeña vivienda que preserva su intimidad, pero tiene las áreas comunes para socializar con los demás.
  • Las comunidades de cohousing están enmarcadas en amplias zonas verdes, con paseos peatonales. En los jardines, los residentes pueden desarrollar actividades como la jardinería o la horticultura.
  • Las casas están adaptadas para ayudar a la movilidad del adulto mayor. Características básicas de este tipo de viviendas es que son de una sola planta, las puertas son más anchas, hay barras de seguridad en los baños, entre otras.
  • Hay espacios comunes para el alojamiento de familiares o amigos que visitan a los residentes, así como zonas de estacionamiento.
  • Hay comunidades de cohousing con servicios más exclusivos como jacuzzi, piscinas, gimnasio, entre otros. Los adultos mayores venden su vivienda principal y adquieren una vivienda en una comunidad con más comodidades.
  • Así como la propiedad es comunitaria, el costo de la vida también se comparte. Se pagan impuestos y servicios de forma cooperativa. Igualmente, se comparten los gastos por la alimentación.
  • El estilo de vida es más sostenible, pues el consumo energético y de agua en las áreas comunes es menor a lo que consumirían viviendas individuales.

El envejecimiento es parte de la vida. Sin embargo, la vejez no tiene porqué ser sinónimo de soledad. El cohousing brinda nuevas oportunidades tanto a esta población que merece vivir feliz; como al sector de la construcción y los bienes raíces, que tiene nuevas opciones para desarrollar otro tipo de inmuebles.

Fuente: Clarín / Cultura Colectiva / La República

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