Ubicada a solo 6 kilómetros del animado Balneario Camboriú, la ciudad contrasta con el municipio vecino por la tranquilidad que le ofrece a los visitantes, además de sitios naturales como el Pico da Pedra, el punto más alto de la región.
Desde allí, puedes disfrutar de ciertas actividades como el vuelo libre o el rapel, además de disfrutar de una de las vistas más hermosas de la costa y de la ciudad vecina.
Este panorama se ha visto transformado gracias a la pujante inversión inmobiliaria que vive la metrópoli carioca. Ahora, Camboriú vive un crecimiento inusitado de público de corte familiar, menos atraído por el bullicio y más interesado por la combinación de un destino que ofrezca la posibilidad de ir a la playa y realizar compras.
Gracias al crecimiento en infraestructura que ha visto la ciudad, a la prosperidad y el crecimiento económico, se ha ganado el apodo de “La Dubai de Brasil”, una metrópolis que se ve revestida por las concurridas playas del centro, balneario Camboriú, que rivaliza con Florianópolis al cautivar turistas en los 560 kilómetros de costa.
La ruta Interpraias, que comunica el municipio con la vecina Itapema, empalma calas y playas de arena blanca. Sólo se puede circular en buses pequeños o en autos particulares, mientras los grandes micros de excursión están vedados.
Si deseas disfrutar de las playas, no debes dejar pasar por alto Playa Brava, la más exclusiva del litoral y un punto de encuentro para la movida nocturna. También debes visitar la Playa del Canto, que te ofrece una de las mejores vistas de la ciudad, y la Playa Central, que cuenta con más de 7 kilómetros de bahía acompañados de una costanera peatonal por la que se edifican los principales rascacielos de esta pujante ciudad.
Laranjeiras es otra de las playas que merece una atención especial, la última playa de la Rodovia Interpraias atrae a familias y nadadores convocados por sus aguas mansas. A Laranjeiras llegan también los barcos piratas que salen de Barra Sul hasta el muelle de esta playa, en trayectos de 45 minutos regados con cócteles y música, con parada para chapuzón.
Otro destino ideal para visitar es el Parque Unipraias, que ofrece la posibilidad, por medio de bondinhos aéreos (teleféricos) acceder a tres estaciones en las que convergen centro de entretenimiento, patio de comidas, bares y tiendas.
En la segunda estación, recostada en el bosque atlántico, hay una tirolínea para quienes aman lo extremo, un trineo de montaña para hacer la gran Canapino a 60 km por hora y un parque ambiental con senderos para trekkers.
Desde allí, los turistas y visitantes perciben la carrera de los inversores por llegar al cielo. En rigor, cuatro de los diez edificios más altos de Brasil convergen en el municipio. El Millenium Palace, por ahora, mira a sus vecinos y a los de todo el país desde arriba. Con 177 metros y 46 pisos que cuentan con 46 ascensores y 46 piscinas -los guías repiten como un mantra- se trata del edificio que sintetiza el espíritu del lugar, a 7 millones de dólares por llave.
Una de las principales industrias que está impulsando el crecimiento de la ciudad es el sector inmobiliario. Entre los múltiples proyectos de construcción sobresale el de la firma de diseño de autos Pininfarina, un Yacht House para potenciales clientes salidos de la serie Dallas.
Sin duda, Camboriú reúne la combinación perfecta entre playas, comercio y futurismo que le ofrece a los turistas la mejor experiencia en tierras cariocas, especialmente si se trata de un viaje en familia.
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Fuente: El Clarín
