Remodelar una casa después de mudarse o tras años de residencia en un inmueble es un proceso complejo en muchos sentidos. Por pequeña que parezca la remodelación, la vida, la comodidad, el tiempo y el presupuesto de los residentes de ese inmueble se verán afectados.
Pero las molestias no se limitan a los residentes. Evidentemente, los vecinos también verán alterada su tranquilidad, pues una remodelación implica ruidos molestos, polvo que se dispersa en el ambiente, obreros que entran y salen…
Antes de despertar la inspiración para lograr la renovación que sueñas y que seguramente necesita tu hogar, presta atención a estas situaciones que debes anticipar para que el proceso sea llevadero y lo menos molesto posible para todos.
5 pasos fundamentales al remodelar una casa
1. Comunica a tus vecinos sobre tu remodelación
Si vives en un apartamento o en una casa que está unida por la pared lateral a otra, lo primero que hay que hacer es comunicar a tus vecinos sobre tu proyecto. También si vives en un urbanismo cerrado, aunque no compartas paredes con sus residentes.
Salvo que tu vivienda esté en un punto muy solitario, comunicar tu remodelación es un gesto de cordialidad importante, tanto por los ruidos y molestias que acarrea el tráfico de materiales y los trabajos en sí mismo; como por razones de seguridad, ya que estarán circulando trabajadores foráneos a tu comunidad.
Además, las buenas relaciones con tus vecinos será un aliciente para las inconveniencias que acarrea remodelar una casa.
2. Si hay normas, infórmate y cúmplelas
No es infrecuente que se crea que con haber informado a los vecinos es suficiente para comenzar la remodelación.
Si vives en un edificio o en un condominio residencial, seguramente hay normas sobre los días en que se puede trabajar, horarios de trabajo, formas de recolección y eliminación de escombros.
Antes de iniciar el trabajo, infórmate cuáles son esas normas y asegúrate de cumplirlas.
Incluso las autoridades locales pueden tener restricciones sobre remodelaciones estructurales, demoliciones parciales, cerramientos o modificaciones en la volumetría, que son posibles en una comunidad.
Saca los permisos que corresponda y cuida el cumplimiento de la normativa.
3. Contrata personal profesional
Para remodelar una casa es importante contar con personal calificado con el que puedas firmar un contrato claro de trabajo, planificar un presupuesto y conducir la remodelación en el tiempo previsto.
El arquitecto se encargará de los planos de las modificaciones. El ingeniero civil se encargará del diseño estructural. Un técnico o especialista hará los cálculos de tiempo y dinero que son necesarios para acometer la remodelación en toda su complejidad.
Un maestro de obra o simplemente tener personal obrero puede resultar en apariencia más barato. Pero es un ahorro que luego puede esfumarse, cuando sea necesario alargar el tiempo del contrato para poder culminar el trabajo, o cuando tengas que comprar más materiales porque no estuvo bien calculado.
4. Ubica los planos originales
Cuando se va a remodelar una casa que tiene varios años de uso, hay un obvio desgaste que puede generar problemas durante los trabajos. Eso se puede subsanar si se cuenta con los planos originales del inmueble.
Un arquitecto o técnico que trabaja sobre esos planos puede tomar previsiones sobre dónde están las tuberías o cuál es la estructura del inmueble. Además, los planos originales pueden ser uno de los requisitos solicitados para tramitar los permisos legales.
5. Asume y cuida tu responsabilidad
Aun cuando establezcas un contrato de trabajo con el personal encargado de la renovación de tu vivienda, el responsable del proceso ante tus vecinos, el condominio y las autoridades de tu comunidad, eres tú.
Más allá de los acuerdos que se tengan con quienes hacen el trabajo, cualquier disturbio, daños o perturbaciones que se generen remodelar una casa, son responsabilidad del propietario del inmueble.